Carlos Zucchi

  • Ciudad natal: Reggio Emilia
  • 1790 / 1849

Italia, 1790 – 1849

Ingreso y egreso de Facultad, s/d

Título obtenido: Arquitecto


Tomado de: Castellanos, Alfredo. Nomenclatura de Montevideo. Montevideo: IMM, 2000.

Arquitecto italiano (1790-1856) uno de los primeros y mayores urbanistas de Montevideo. Llegó a nuestra ciudad a mediados de 1836, procedente de Buenos Aires, donde había realizado numerosos e importantes trabajos públicos y privados. Al mes de su arribo fue designado vocal ingeniero de la Comisión Topográfica y arquitecto de Obras Públicas (agosto de 1936), cargos que desempeñó hasta setiembre de 1842, en que partió para Río de Janeiro alejándose definitivamente de nuestro país.

En los seis años de su permanencia en Montevideo cumplió una importante obra urbanística y arquitectónica. De ella lo más valioso fue la delineación y trazado de la actual plaza Independencia, modificativos del primitivo proyecto de plaza poligonal de Reyes (Ver Reyes, Gral. José María), haciéndola rectangular y aumentando su superficie con la idea de la utilización total del espacio ocupado entonces por el Mercado Viejo instalado en el interior de la vetusta y desmantelada Ciudadela.

También proyectó dos soluciones arquitectónicas para las galerías y fachadas de los edificios con frente a la plaza, de las que fue aprobada la formada por pilares y arcos de medio punto, con una galería para pasaje y estacionamiento de peatones; lo único construido de este proyecto fue la arquería de D. Elías Gil, conocida luego por La Pasiva, en el costado sur de la plaza, demolida entre los años 1954-1955.

Cuando en 1877 el edificio del Mercado fue demolido, desapareciendo las últimas trazas de la antigua Ciudadela, surgió la plaza Independencia tal como Zucchi la había previsto y ordenado cuarenta años antes, salvándola de su reducida área primitiva; hasta su misma denominación había sido sugerida por él en 1837.

También se le debe el lugar escogido para el emplazamiento del Teatro Solís, y en gran parte el proyecto del mismo, ligeramente modificado por el arquitecto Francisco Xavier de Garmendia (1841), a quien se encomendó la dirección de la obra cuya autoría se le atribuye. (Situada frente al Teatro Solís, entre las calles Buenos Aires, Juncal y Bartolomé Mitre).


Tomado de: Aliata, Fernando. Entre la neutralidad técnica y el compromiso político. Carlo Zucchi en el Río de la Plata. En: Aliata, F; Munilla, M. Carlo Zucchi y el neoclasicismo en el Río de la Plata.Buenos Aires: Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1998.

El arquitecto y su compañera Livia Borromini llegan a Montevideo a fines de diciembre de 1826 a bordo de la fragata francesa Augustus que había partido de Le Havre. (...)

A pesar de su precaria situación de viajero en tránsito, el tiempo de permanencia en una Montevideo ocupada por los brasileños, no es un período estéril para el arquitecto ya que allí realiza una serie de interesantes proyectos. Entre febrero y junio de 1827 proyecta y dirige la reconstrucción de la Capilla del Sacramento de la Catedral. Previamente es invitado a participar en un pequeño concurso junto a otros arquitectos y maestros de obra y logra que le adjudiquen el encargo. Para ello debe convencer a un jurado, compuesto por militares brasileños y por el cura de la catedral, de poseer las condiciones necesarias para el proyecto y la construcción del edificio. La suerte parece sonreírle en estos meses iniciales de su estadía y una de sus primeras cartas desde América, dirigida a su amigo Rabitti, muestra un exultante optimismo acerca de las posibilidades de trabajo en estas tierras.(6) Durante ese período, se ocupa intensamente en la preparación de los planos de la pequeña capilla de planta central que debe seguir los lineamientos de un edificio existente y se aboca a la dirección de las labores, que comienzan inmediatamente. La innovación que Zucchi produce en esta obra reside más en la decoración marcadamente neoclásica (7) que en la reconstrucción de la capilla. Pero la fábrica no llega a concluirse por un conflicto acerca de los honorarios que se suscita entre el arquitecto y el cura de la catedral. El religioso se niega a reconocer el derecho que Zucchi tiene de percibir un estipendio por el trabajo de proyecto y reclama la participación del arquitecto reggiano como artesano u operario en la materialización de la obra en curso. El pleito es significativo, porque más allá de que pudiera existir cierta actitud negativa y dolosa de parte del cura para evitar la paga de ese trabajo, la aparición de este problema nos está mostrando otra cuestión. Fundamentalmente que en esos años, en el seno de la sociedad rioplatense, no era comúnmente aceptado que el trabajo intelectual y artístico de arquitectura debiese ser pagado y menos aún si éste no estaba finalizado y el proyectista no participaba activamente en su realización. La disputa no puede ser zanjada por las partes y finalmente el litigio llega a la Cámara de Justicia y pasa luego a los Tribunales Eclesiásticos de Buenos Aires, de los cuales dependía todavía la jurisdicción de Montevideo.

Durante ese lapso también Zucchi diseña un catafalco para la fallecida emperatriz Leopoldina de Brasil que probablemente fue construido como estructura efímera en la catedral de Montevideo para honrar la figura de la esposa del emperador. Contemporáneamente proyecta dos casas; la primera para Ramona Díaz, ubicada en uno de los ángulos de la actual Plaza de la Constitución y la segunda, cuya localización no hemos podido establecer, para Xavier García de Zúñiga quien por ese entonces era miembro de la Cámara de Justicia. Es probable que el arquitecto lo haya conocido con motivo del desarrollo del pleito con el sacerdote, y que de ese conocimiento haya nacido el encargo del proyecto. Esta relación con la familia García de Zúñiga, que poseía miembros destacados en ambas orillas del Plata, se fue fortaleciendo a lo largo de los años y tuvo incidencia en la realización de otros trabajos. Sin embargo, a pesar de estos comienzos promisorios, el balance de la primera etapa en Montevideo no deja de ser negativo. Al entusiasmo de los meses iniciales producido por haber ganado el concurso para la reconstrucción de la Capilla del Sacramento, una obra importante en la pequeña ciudad, le sucede el profundo desengaño derivado de la incomprensión de su comitente y de la imposibilidad de construir –en plena crisis bélica– alguna de estas dos casas que proyecta con esmero, introduciendo notables mejoras en relación con el estado de la arquitectura doméstica local. (8)

Frente a la falta de perspectivas en Montevideo la única alternativa parece ser entonces la radicación en Buenos Aires que se concretará gracias a la mediación de de Angelis. (...) 

A mediados de 1836 Zucchi se instala definitivamente en Montevideo. La mudanza supone también el rompimiento definitivo de Carlo con su compañera Livia Borromini. Según puede entenderse a partir de la lectura de su epistolario, las relaciones entre ambos se habían deteriorado en los últimos años. Frente a la necesidad de tomar una determinación, Livia prefiere quedarse en Buenos Aires, donde desarrolla durante la crisis de 1839-1840 un pingüe negocio de prestamista, improvisando un banco de empeño doméstico en un momento de crisis y escasez provocado por el bloqueo francés.(62) La lectura del archivo del arquitecto muestra también la existencia, por entonces, de un amor clandestino. Una serie de cartas cuya destinataria hemos podido identificar parcialmente permite entrever una relación amorosa en Buenos Aires de más de cuatro años, cuya continuidad queda fracturada por la partida de Zucchi a Montevideo.(63)

Pero su traslado al Uruguay no resulta tan sencillo y revela la existencia de complejas negociaciones. En mayo de 1836 el arquitecto escribe una carta a Xavier García de Zúñiga en relación a su posible transferencia invocando la posibilidad de participar en la construcción del nuevo teatro. Afirma que, si bien reiteradas veces le habían solicitado su presencia en esa ciudad, preferiría tener una instrucción del Jefe de Policía para trasladarse. Al mismo tiempo, deja bien en claro que la posible contratación de Pittaluga para construir el nuevo teatro aleja la perspectiva de su radicación en la capital uruguaya. Probablemente para ejercer alguna presión a su favor, el arquitecto le hace saber que ha tenido ofertas para ir a trabajar a Chile, Brasil e incluso a Europa. De todos modos, anuncia que preferiría quedarse en Montevideo si la obra del teatro se concretara dada su especial preparación para ese tipo de trabajos, argumentando también que, debido a su edad, cansado de una vida ambulante, preferiría Montevideo antes de ver caras nuevas y adaptarse a ambientes que desconoce.

Si bien el proyecto del teatro no se concreta en esa fecha, se materializará recién a fines de 1840, el viaje se efectúa durante el mes de julio. En agosto, luego de un mes de incertidumbre, es nombrado por el gobierno uruguayo Arquitecto de Policía y vocal de la Comisión de Obras Públicas.(64) En noviembre es llamado a formar parte de una comisión para informar acerca del funcionamiento de una draga que una sociedad de accionistas ha mandado traer desde Inglaterra para limpiar la zona del puerto y facilitar el ingreso de buques de mayor calado. Al parecer Zucchi desea dedicarse a las tareas de arquitectura, esperanzado en la realización del nuevo teatro, e intenta renunciar a la Comisión Topográfica y a las actividades más propias de la agrimensura y la ingeniería por incompatibilidad profesional, pero en enero de 1837 el gobierno no acepta la dimisión.

Sin embargo, su relación con la Comisión y con los problemas urbanos le permite ampliar, tal vez inesperadamente, el carácter de sus intervenciones. En realidad, la etapa montevideana se diferencia de la anterior por la mayor incidencia del arquitecto en las decisiones acerca del crecimiento de la ciudad. La existencia de un impulso más firme de renovación en ciertos sectores de la elite hace que, a partir de la experiencia acumulada, Zucchi pueda plantear un verdadero esquema de reorganización de la ciudad que puede considerarse el primer estudio más o menos completo sobre problemas urbanos realizado en esta parte de América. En dicho estudio, impreso como folleto, el arquitecto explica la necesidad de construir una alternativa global para la ciudad que, más allá del proyecto de ampliación de la cuadrícula diseñado inicialmente por José María Reyes, intente una cualificación y una zonificación. El carácter de la propuesta es definido por el mismo Zucchi en la citada memoria: “...no sólo tiene por objeto el de hermosear la ciudad, despejar las visuales, facilitar la circulación, [sino también] designar los parages [sic] convenientes para algunos edificios públicos, y proponer la localidad de otros...”.(65) En efecto, se trata de un plan global que profundiza la experiencia de Buenos Aires, pero si bien la propuesta inicial determina una distribución espacial de edificios públicos en la totalidad del damero, la atención durante la gestión del arquitecto se concentra en tres áreas principales: el puerto, la plaza Independencia y sus adyacencias y el cementerio. A ello se le suma el proyecto de una sala de representantes, la remodelación del antiguo Cabildo (para servir de centro de gobierno y sede de la policía), la adaptación del fuerte destinado a universidad o establecimiento de instrucción pública, la casa consular así como la construcción de cárceles y un hospital. Los proyectos realizados para cada uno de los tres sectores, como en el caso de la Plaza de la Victoria, no están ejecutados en una misma fecha, pero se corresponden con el contenido de la Memoria y, precisamente, por ello se definen como espacios urbanos articulados y no como edificios en sí mismos.

Un factor importante que le da sustento al intento de reforma es la necesidad de abatir las murallas y expandir la ciudad, acción que comienza a manifestarse a partir de la consolidación económica y política que se prodcuce al finalizar la guerra con el Brasil. La organización como capital nacional supone también la necesidad de un arquitecto que pueda hacerse cargo de los nuevos programas y que otorgue a los edificios una calidad distinta. La zona portuaria, primer trabajo importante de Zucchi en la capital oriental, aún antes de asumir como miembro de la Comisión Topográfica, no sólo determina los muelles y toda la infraestructura para atraco de los navíos (1835), sino también la Aduana, el Tribunal de Comercio (1837), la Comandancia de Marina (1839) y la reorganización de un sector de propiedades particulares a fin de generar una plaza en el área y una “perspectiva agradable a toda la extensión de la bahía.” La reorganización de la plaza Independencia –Zucchi imagina la importancia del sitio como “futuro punto céntrico y más vivificado de la ciudad y que la hará conspicua entre las de esta parte de América”– que amplía la mezquina plaza imaginada por la Comisión Topográfica, se estructura a partir de una nueva fachada aporticada (1837), colocando en su centro un monumento conmemorativo, un paseo público arbolado y la construcción, en sus aledaños, del nuevo teatro (el futuro Solís). La iniciativa de Zucchi supera la visión original de José María Reyes, autor de la planta de ensanche y cualifica diversos sitios de la ciudad con la ubicación de los nuevos programas públicos requeridos. (...)

En los primeros años, la acción del arquitecto es respaldada por Reyes, quien se convierte en su amigo, y por el ministro Llambí quien personalmente impulsa las medidas edilicias. La radicalización de la política oriental y la muerte prematura del ministro son factores que lentamente frenan el impulso inicial y la realización de las reformas propuestas. Sin embargo, las medidas fundamentales se llevan a cabo. A la demolición de las murallas, realizada a comienzos de la década de 1830, le sigue el trazado y materialización del ensanche y también la regularización de la plaza a partir del diseño de fachadas que propone Zucchi. Si bien la Comisión Topográfica define exhaustivamente los pasos a seguir en una nota firmada por Reyes, los trabajos de la nueva obra son interrumpidos.67 En esos años, Carlo debió sostener constantes polémicas con los propietarios de los terrenos linderos a la plaza que, pese a haber firmado la conformidad para construir una nueva fachada, se negaban a su materialización. Lo curioso es que, aún habiendo obtenido una ampliación de sus parcelas a costa del terreno público por la necesidad de regularizar la plaza, así como la provisión de materiales para construir los cimientos de la nueva estructura, estos propietarios, que además formaban parte de la elite montevideana, se negaban a cumplir con la palabra empeñada. Por ello es que en mayo de 1840 Zucchi renuncia a la dirección de los trabajos de la nueva fachada que serán luego definitivamente interrumpidos. Solamente la casa de Elías Gil, que pervivió hasta mediados del siglo pasado antes de ser demolida para colocar allí un inexpresivo edificio, recibió la nueva portada de Zucchi y quedó como testimonio de la monumental plaza diseñada por el arquitecto. (...)

Al mismo tiempo que cumple tareas en la esfera oficial, el arquitecto proyecta diversas viviendas particulares. En el prospecto de su obra publicado en Francia en 1845, Zucchi afirma haber realizado cinco proyectos de casas, aunque éstas no han podido ser identificadas, salvo una diseñada para sí mismo y la ya citada casa de Elías Gil. Seguramente muchos de los planos de viviendas no registrados de su archivo corresponden a lo realizado en esta segunda etapa montevideana. Sin embargo, un rasgo común unifica a estos diseños en relación con los anteriores. Se acercan más a las modalidades tipológicas tradicionales del Río de la Plata y en ellos se permite ensayar, sobre todo en un proyecto de casa propia, el uso de ornamentación en la fachada; algo que lo aleja de su inicial austeridad “republicana” y que reiterará en el que quizás sea su último trabajo: la fachada de la casa Bongiovanni en Reggio Emilia.

En Montevideo Zucchi no sólo cumple sus funciones como arquitecto oficial sino que reafirma su rol agente de la vasta red de intercambio que de Angelis ha tejido desde Buenos Aires. El arquitecto es su representante para la venta de fósiles que tienen como destino final museos y academias europeas, en la compra de libros y manuscritos antiguos, en la venta de monedas y medallas.(71)

De todos modos la existencia de encargos particulares y su actuación como agente de de Angelis en Montevideo no lo distraen de su labor oficial. En 1838 su obra más importante es el diseño del Cementerio Nuevo, actual Cementerio Central. Una comisión encabezada por el Dr. Teodoro Vilardebó es la que encarga y supervisa el proyecto. Una vez que Zucchi entrega los planos definitivos en marzo de ese año, los comentarios de la comisión y del arquitecto Ramón de Minando encomendado para analizarlos, son ampliamente laudatorios para el proyectista. El camposanto expresa su experiencia en la materia y es concebido de acuerdo con ideas que había pergeñado en su informe ya citado para el de la Recoleta de Buenos Aires algunos años antes.(72) El propósito de Zucchi es racionalizar en extremo la capacidad del enterratorio, colocando los ataúdes apilados y logrando así en el espacio de una manzana ubicar una importante cantidad de cuerpos. El proyecto del nuevo cementerio es acompañado por el de una capilla a erigirse en los terrenos que ocupaba el antiguo, para la cual presenta tres alternativas, aunque este emprendimiento finalmente no se construye.

También continúa en Montevideo con su experiencia en la realización de tumbas en el nuevo cementerio. En 1841 elabora un panteón para la familia del presidente Fructuoso Rivera que, en líneas generales, recrea el proyecto diseñado para Dorrego en el cementerio de Buenos Aires. (...)

Retornado a Montevideo a comienzos de septiembre, la Sociedad de Accionistas del Nuevo Teatro le encarga el proyecto de un edificio teatral, el actual Teatro Solís, que debía reemplazar definitivamente a todas las precarias salas con que había contado la ciudad desde fines del siglo XVIII. La realización de este emprendimiento le otorga a Zucchi la posibilidad, que tanto había esperado, de poder finalmente concretar un trabajo acorde a sus méritos, lo que justifica su permanencia en Montevideo. De la misma manera que lo sucedido en relación al Hospital de Ambos Sexos algunos años antes, Zucchi encara la tarea con entusiasmo esforzándose en la resolución del nuevo edificio, según puede verse en los numerosos bocetos existentes en su archivo para el diseño de cada uno de los detalles. (...)

Al mismo tiempo que trabajaba sobre el Solís, Zucchi comienza a elaborar una serie de proyectos alternativos para la tumba de Napoleón en París con el objetivo de ser enviados a Ludovico Visconti quien a la larga sería el encargado de elaborar el proyecto definitivo. En abril de 1841, por intermedio de Pedro de Angelis, edita un folleto titulado Pensées sur le monument de Napoleón suivies de quatre projets en ebauché dédiés á Monsieur L. Visconti, architecte que reunía sus ideas acerca del carácter e implantación del mausoleo. El trabajo es efectuado con la esperanza de que pueda ser incluido en el concurso consultivo llamado por la Academia a tal efecto. El proyecto implica tres posibles variantes de ubicación: un monumento de carácter majestuoso para construir sobre la colina de Chaillot, otro un poco menos ambicioso en la Explanada de los Inválidos y una tumba para colocar en el interior de la iglesia del mismo nombre. Este trabajo que conjuntamente con el teatro y el hospital constituye el principal aporte de su carrera profesional, tendrá una suerte adversa, ya que llegará tarde a la convocatoria.

Notas:

6. No existe copia en su archivo personal de este documento, pero sí una mención en la posterior carta a Pedrotti: “Cuando le escribí a Rabitti era de hecho ingenuo acerca del carácter, buena fe y amor de los americanos hacia las bellas artes”. Carta a Vittorio Pedretti, doc. cit.

7. Utilizamos el vocablo “neoclásico” con ciertas prevenciones sabiendo que la arquitectura que vamos a analizar responde a un momento histórico bien diferente al largo período que la tradición historiográfica le asigna al Neoclasicismo. Para una crítica a la historiografía del Neoclasicismo ver: Georges Teyssot, “Ilustración y Arquitectura. Intento de Historiografía” en AAVV, Arte, arquitectura y estética en el siglo XVIII, Madrid, Akal, 1980.

8. Véanse las fichas respectivas.

62. La mala relación de Zucchi con su esposa es tema de una carta de Mosotti al arquitecto cuando éste se encontraba en Santa Fe en agosto de 1832.

Publicada por Gino Badini, ob. cit., p. 321.

63. La serie de cartas de 1836 y 1837 pueden consultarse en ASRe, AZ. Senza sottoscrizione. 1836-1837. La autora, de nombre Cecilia, es una peruana radicada con su familia en Buenos Aires.

64. Decreto del 24 de agosto de 1836. Firmado por el presidente Oribe y el ministro Llambí. Publicado por El Universal, año 1836, Nº 2080.

65. Memoria elevada por la Comisión Topográfica al Supremo Gobierno de la República Oriental del Uruguay por conducto del Exmo. Sr. Ministro de Hacienda proponiendo varias reformas y mejoras en los Edificios públicos de la Capital con arreglo a los diferentes informes, planos y dictámenes especiales que ha producido el Ingeniero vocal de ella, Arquitecto de Obras Públicas, Imprenta de la Claridad, Montevideo, 24 de julio de 1837.

67. Archivo de la Escribanía de Gobierno y Hacienda, 1836, carpeta 147.

Citado por C. Pérez Montero, El arquitecto Carlo Zucchi, ob. cit.

71. La actuación de Zucchi en diversos negocios por encargo de de Angelis está ampliamente documentada en las cartas que le envía el napolitano durante su segunda estadía en Montevideo. Éstas han sido publicadas por Gino Badini, ob. cit.

72. ASRe, AZ. Carte professionali, Minute e memorie 3. Cementerio del Norte.


Algunas realizaciones y proyectos:

1836 Cementerio Central, Gonzalo Ramírez 1302, Montevideo, Uruguay.

1837 Teatro Solís, Buenos Aires 678, Montevideo, Uruguay.

1840 Vivienda Giró, Cerrito 586, Montevideo, Uruguay.

Plan de Ensanche de Montevideo, Montevideo, Uruguay.

Plaza Independencia, Montevideo, Uruguay.

Puerto de Montevideo, Montevideo, Uruguay.

Tribunal de Comercio de Montevideo, Montevideo, Uruguay.

Vivienda Xavier García de Zúñiga, Montevideo, Uruguay.

Vivienda Ramón Larrea, Montevideo, Uruguay.

Vivienda Zucchi, Montevideo, Uruguay.

Capilla del Sagrario de la Catedral de Montevideo, Montevideo, Uruguay.

Vivienda Elias Gil, Plaza Independencia, Montevideo, Uruguay.


Escritos del arquitecto:

"Ciudad de Montevideo. Problemas de Urbanismo en el año 1837." Arquitectura, núm. 123 (1928).

"Memoria elevada por la comisión topográfica al superior Gobierno de la República Oriental del Uruguay". Arquitectura, núm. 123 (1928).


Ver además:

Aliata, F; Munilla, M. Carlo Zucchi y el neoclasicismo en el Río de la Plata.Buenos Aires: Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1998.

Baroffio, Eugenio. "El Teatro Solís y la significación de su nombre". Revista de la Sociedad de Amigos de la Arqueología, tomo X, (1947): 226-232.

Baroffio, Eugenio. "El Teatro Solís". Revista Histórica, núm. 82-84, (1958): 238.

Baroffio, Eugenio. "El informe del Dr. Vilardebó sobre un proyecto de reformas para el Cementerio Central presentado en el año 1839 por el arq.

Carlos Zucchi". Revista Nacional, núm. 76 (Ceibo, 1944).

Baroffio, Eugenio. “El Cementerio Central. Su posición en la arquitectura de montevideo en la segunda mitad del siglo pasado". Arquitectura, núm. 173 (abril de 1932): 86-91.

Barriola, Rey & Mendizabal. Tu Patrimonio. Montevideo: BMR, BROU, 2011.

Canessa de Sanguinetti, Marta. La Ciudad Vieja de Montevideo. Montevideo: 1976.

Domingo, Walter; Galup, Jorge. "La Rotonda del Cementerio Central". Anales de la Facultad de Arquitectura, núm. 11 (julio de 1946)

Fernández Saldaña, J. "El Cementerio Central". Diario El Día, Suplemento, núm. 263 (23 de enero de 1938)

Fernández Saldaña, J. "Para la historia del Teatro Solís”. Arquitectura, núm. 129, (agosto de 1928): 173.

Fernández Saldaña, J. "Diccionario uruguayo de Biografías.1810-1940" Mdeo.1945

Giuria, J. La arquitectura en el Uruguay, Tomo II. Montevideo: Imprenta Universal, 1955.

IMM. Guía Arquitectónica y Urbanística de Montevideo. Montevideo: Intendencia Municipal de Montevideo. Facultad de Arquitectura, Universidad de la República. Junta de Andalucía, 2008.

IMM. Montevideo: una Ciudad para un Teatro, un Teatro para una Ciudad. Padua: Il Poligráfo, 2000.

Loustau, C. “Zucchi y Montevideo”. En: La memoria del futuro Carlo Zucchi, Montevideo, 1995.

Loustau, C. Influencia de Italia en la arquitectura uruguaya. Montevideo: Instituto Italiano de Cultura en Uruguay, 1990.

Lucchini, A. El concepto de arquitectura y su traducción a formas en el territorio que hoy pertenece a la República Oriental del Uruguay. Libro Primero.Montevideo: UdelaR, 1986.

Lucchini, A. Ideas y formas en la arquitectura nacional. Montevideo: Nuestra Tierra nº 6, 1969.

Teatro Solís. Su renacimiento en el siglo XXI. Montevideo: Fundación Focus- Abengoa, 2004.

Pérez Montero,Carlos."El Arquitecto Carlos Zucchi y su proyecto para la tumba de Napoleón en París." En: Revista Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay. T.XVIII, 1949.