Varsovia

Varsovia (en polaco: Warszawa) es la ciudad más grande de Polonia, y la capital del país desde el año 1596, cuando el rey Segismundo III Vasa la trasladó desde Cracovia. Varsovia es también la sede del presidente de la República, del Parlamento y del resto de las autoridades centrales. Cuenta con una población de 1 745 000 habitantes2 (en 2014), lo que la convierte en la novena ciudad más poblada de la Unión Europea, y que posee unos 2.790.000 habitantes en su área metropolitana.

Varsovia es conocida internacionalmente por haber dado su nombre al Pacto de Varsovia, a la Convención de Varsovia, al Tratado de Varsovia y al Alzamiento de Varsovia.

El centro histórico de la ciudad, completamente destruido a raíz del Alzamiento de Varsovia en 1944, fue reconstruido meticulosamente después de la guerra, y en 1980 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco como "ejemplo destacado de reconstrucción casi total de una secuencia histórica que se extiende desde el siglo XIII hasta el siglo XX".

Es uno de los principales centros económico-financieros y culturales de Europa Central.

Etimología

El nombre Warszawa viene del posesivo del nombre Warsz ―es decir, Warszewa o Warszowa. Según la etimología popular, el nombre viene de un pescador pobre llamado Wars y su mujer, una sirena llamada Sawa. Desde la segunda mitad del siglo XVII, el emblema de la ciudad es dicha sirena con una espada y un escudo en sus manos, y representa a la criatura que, según la leyenda, ordenó fundar la ciudad.

Historia temprana

Hacia fines del siglo X e inicios del XI, existió un pequeño asentamiento comercial llamado Antiguo Bródno en los límites de Varsovia. Esta pequeña población compitió comercialmente con Kamion y Jazdów, dos villas cercanas. Se estima que Kamion fue fundada alrededor del año 1065. El primer registro histórico de Jazdów corresponde a julio de 1262, cuando la villa fue arrasada por los lituanos. El duque Bolesław II trasladó entonces a la población de Jazdów dos millas al norte, donde se encontraba un pequeño pueblo pescador llamado Warszowa, y construyó un castillo. Una capilla de madera fue construida cerca de la fortificación, pero fue quemada por los lituanos. En el lugar se inició entonces la construcción de una iglesia de ladrillos, que se convertiría en la Catedral de San Juan. Alrededor del 1300, la ciudad recibió su acta municipal, la cual más tarde se perdió.En 1339 la ciudad quedó bajo la jurisdicción de un bailío, y desde 1376 fue administrada por un ayuntamiento. Para el final del siglo, la ciudad ya contaba con una doble muralla defensiva.

La mayor cantidad de información sobre la ciudad en sus inicios está contenida en el caso de la corte contra los Caballeros Teutónicos, que tuvo lugar en la Catedral de San Juan en 1339. Durante el siglo XIV la economía de Varsovia se basaba en las artesanías y el comercio.

En 1350, se fundó la iglesia y el monasterio agustino.

En 1411, la Princesa Anna Mazowiecka ordenó la construcción de la Iglesia de la Asunción de la Virgen María.

En 1413, Janusz I convirtió a Varsovia en la capital oficial del Ducado de Mazovia, reemplazando a Czersk. La población estimada en esta fecha era de 4500 habitantes. De inmediato se inició la reconstrucción del Castillo, las murallas y el Ayuntamiento.

Además, desde 1408, se había iniciado la expansión de la ciudad hacia el norte del sitio original, quedando dividida la ciudad en el pueblo nuevo y el pueblo viejo. El pueblo nuevo (Nowe Miasto) contaba con su propia acta municipal y sus propias leyes. El objetivo de esto era regular la presencia de nuevos asentamientos a las afueras de la ciudad, habitados principalmente por judíos.

Los ciudadanos, que en aquella época tenían la misma nacionalidad, estaban marcados por una gran disparidad en sus estatus financieros. Esta diferenciación y los contrastes del desarrollo social resultaron en 1525 en la primera revuelta de los pobres de Varsovia contra los ricos y la autoridad que los gobernaba.

Siglos XVI al XVIII

En 1526, con la extinción de la dinastía ducal mazoica, el rey Segismundo I el Viejo entró a la ciudad, y después de que el gobierno local jurara lealtad al rey polaco, la ciudad, junto con su provincia, fue anexionada al Reino de Polonia. La incorparación al reino significó una aceleración en el desarrollo de la ciudad, que se convirtió en la principal del mismo. En 1529, Varsovia sirvió de sede al Sejm por primera vez, aunque sin contar con carácter de sede permanente. Ya en el pasado, las reuniones de la Dieta mazoica se realizaban en la Iglesia de San Martín.

En 1526, con la llegada del rey polaco, se decretó la intolerancia para con los judíos, en una ordenanza municipal. El primer registro de judíos en Varsovia data de 1414, y se conoce que en 1483 habían sido expulsados a las afueras de la ciudad, regresando poco después. Tras el impacto de conocer el regreso de los judíos en Varsovia, Varsovia se levanta en armas pero el decreto de 1526 tuvo poco efecto, y el gueto judío siguió creciendo en el centro de la ciudad. El rey tras el haberse enamorado de una joven judía en [(1570)] suspende el ataque a los judíos y les permite el paso. A pesar de los continuos roces entre los patricios, gremios y judíos, la rápida expansión de la economía permitió la convivencia de estos grupos. Se estima que Varsovia inició el siglo XIV con 4500 habitantes, ascendido su población a 20 000 personas al finalizar el siglo. En 1544, la ciudad vieja fue dañada por un incendio.

En 1571 se firmó la unión de Lublin, donde se declaraba la República de las Dos Naciones y se convenía el realizar siempre las reuniones del Sejm en Varsovia. Desde 1573, las elecciones reales se celebraron en la ciudad. Estas elecciones significaban el ingreso temporal en la ciudad de unos 50 000 o 100 000 nobles armados, y se incrementaba la criminalidad. Ese mismo año se concluyó el primer puente permanente sobre el río Vístula, que se estaba construyendo desde 1568 por órdenes de Segismundo II. Dicho puente fue destruido por una inundación en 1603.

En 1573, Varsovia le dio su nombre a la Confederación de Varsovia, estableciendo formalmente la libertad religiosa en la República. Durante el reinado de Segismundo II, el Castillo Real fue remodelado por Giovanni Battista di Quadro, y lo convirtió en un palacio renacentista.

En 1595, un incendio dañó el Castillo Real de Wawel, ubicado en Cracovia. El rey Segismundo III decidió trasladar la corte a Varsovia un año después, debido a su localización central entre las capitales de la Mancomunidad Polaco-Lituana, Cracovia y Vilna respectivamente, y su cercanía al puerto de Danzig, que siempre estaba bajo amenaza sueca. El arquitecto real, Santa Gucci, inició entonces la remodelación del castillo, y al mismo tiempo se dio inicio a un nuevo período de prosperidad para la ciudad. No obstante, Varsovia sufrió algunos embates de la naturaleza a inicios del siglo XVII. En 1602, un huracán destruyó la torre de la catedral, y en 1607, un incendio arrasó la plaza de la ciudad vieja.

En 1611, para conmemorar una victoria polaca en Smolensko y la captura del Zar Basilio IV, el rey y la corte se mudaron definitivamente para Varsovia, que se convirtió en la capital polaca. No obstante, los trabajos de remodelación no estaban terminados, y continuaron durante 20 años más. En los años siguientes, la ciudad se expandió por los suburbios. Varios distritos privados e independientes fueron establecidos, propiedad de la aristocracia y la burguesía, que eran gobernados bajo sus propias leyes. Estos fueron ocupados por artesanos y comerciantes. El desarrollo de la ciudad se detuvo con la llegada de una ola de invasiones suecas. Entre 1624 y 1625, y 1652 y 1653, Varsovia fue azotada por la plaga. Tres veces entre 1655 y 1658 la ciudad estuvo bajo sitio, y las tres veces fue tomada y cayó víctima del pillaje de las fuerzas suecas, brandenburguesas y transilvanas.

Muchos libros, objetos históricos y obras de arte fueron robados por los invasores. Sin embargo, con la derrota de los turcos en la batalla de Kahlenberg en 1683, durante el reinado de Juan III Sobieski, la ciudad recuperó su antigua prosperidad.

En 1700, la Gran Guerra del Norte estalló y la ciudad fue tomada varias veces.

El 12 de mayo de 1702, Varsovia fue capturada por las tropas suecas del rey Carlos XII. En 1704, después de la huida del rey polaco Augusto II, el Sejm nombró rey a Estanislao I Leszczynski, aliado de los suecos. Augusto forjó una alianza con Rusia en Narva, en el verano de 1704, y entró en guerra, intentando tomar la ciudad el 21 de julio de 1705, para impedir la coronación de Estanislao, sin éxito. El 21 de octubre de ese año, el ejército ruso-sajón sitió la ciudad. En 1707, en una paz virtual dado el tratado de paz entre Augusto II y Carlos XII, las tropas aliadas rusas entraron en Varsovia. Tras dos meses, las fuerzas rusas abandonaron la ciudad. Varias veces durante esa guerra la ciudad fue obligada a pagar altas contribuciones.

Al iniciarse la Guerra de Sucesión Polaca, la ciudad de nuevo empezó a retroceder económica y culturalmente. En 1740, Estanislao Konarski estableció el Collegium Nobilium, una escuela para hijos de nobles, predecesora de la Universidad de Varsovia. Siete años después, Józef Andrzej Załuski y su hermano Andrzej Stanisław Załuski abrieron la primera biblioteca pública polaca. Desde 1742, una Comisión Urbana al mando del Mariscal Franciszek Bieliński inició la pavimentación de las calles varsovianas, así como la construcción de drenajes y puentes peatonales sobre quebradas. Sin embargo, grandes secciones de la ciudad continuaron creciendo fuera del control municipal. Gracias a los esfuerzos del Alcalde de la ciudad vieja de Varsovia, Jan Dekert, en 1767 la ciudad fue administrada bajo un solo municipio, dividido en siete distritos. Además, en 1791, se ampliaron las libertades de los burgueses.

La segunda mitad del siglo XVIII y la primera del XIX marcaron una nueva y característica etapa en el desarrollo de la ciudad.

Varsovia se convirtió en la principal ciudad practicante del capitalismo temprano. Durante el reinado de Estanislao II Poniatowski, la Ilustración llegó a Polonia, siendo Varsovia el centro cultural, económico, político y comercial de la nación. En 1765 se abrió el Cuerpo de Cadetes, el primer colegio laico de la ciudad y poco después se instaló el Comité Nacional de Educación, el primer Ministerio de Educación del mundo. El teatro y las imprentas florecieron.6 El crecimiento de la actividad política, el desarrollo de ideas progresistas, cambios políticos y económicos ejercieron en conjunto un impacto en la formación de la ciudad. En efecto, la aparición de la banca, las empresas manufactureras, y otras empresas creó una base económica firme, y se empezaron a realizar experimentos de planificación urbana. La composición de la población de Varsovia se alteró durante la Ilustración. Se desarrollaron fábricas, el número de trabajadores se incrementó, la clase de los mercaderes, industriales y banqueros se expandió. Al mismo tiempo hubo una fuerte migración rural hacia las ciudades. En 1792, Varsovia tenía 115 000 habitantes, comparados con los 24 000 de 1754. Estos cambios trajeron consigo el desarrollo de la industria de la construcción. Nuevas residencias nobiliarias fueron asentadas, la clase media construyó sus propias casas las cuales demostraban una marcada diferenciación social. Las residencias de los representantes del estrato más rico, los grandes mercaderes y banqueros acompañados de los magnates. Un nuevo tipo de ciudad se desarrolló, con viviendas construidas respondiendo a las necesidades y gustos de la burguesía. Todas ellas estuvieron marcadas por un estilo anticuado.

Luego de la primera partición de Polonia, se proclamó en Varsovia una constitución parlamentaria el 3 de mayo de 1791, la primera constitución europea. Sin embargo, estos avances civiles polacos fueron oscurecidos por la llegada de una segunda partición polaca. En 1794, durante la revuelta de Kościuszko, los varsovianos apoyaron a Tadeusz Kościuszko atacando a las fuerzas rusas estacionadas en Varsovia, derrotándolas. Los prusianos acudieron a ayudar a Rusia y sitiaron Varsovia, pero la falta de artillería pesada y nuevos alzamientos polacos en la retaguardia condenaron al fracaso el sitio.

La llegada del Conde Aleksandr Suvórov con refuerzos catalizó la derrota polaca, y el 4 de noviembre las tropas rusas asaltaron el suburbio varsoviano de Praga, masacrando a unas 10 000 personas. El 5 de noviembre, los polacos en Varsovia se rindieron y esto conllevó a una Tercera Partición en 1795, la cual disolvió a Polonia como Estado y rebajó a Varsovia al nivel de un pueblo provincial, integrado al Reino de Prusia.

Siglos XIX y XX

En 1806, los rusos fueron expulsados de Varsovia, que fue ocupada por el ejército de Napoleón Bonaparte. Siguiendo los términos del Tratado de Tilsit, Varsovia se convirtió en la capital del Gran Ducado de Varsovia. No obstante, la caída del Primer Imperio Francés también ocasionó el fin del Ducado y de este breve período de reavivamiento político y cultural en la ciudad.

Tras el Congreso de Viena en 1815, Varsovia se convirtió en la sede del Congreso de Polonia, una monarquía constitucional en unión personal con el Imperio ruso. La Real Universidad de Varsovia fue establecida en 1816.

En 1830 se inició el Levantamiento de Noviembre. Aunque las fuerzas polacas cosecharon algunas victorias, la revuelta fue derrotada y Varsovia fue asaltada por Rusia. La autonomía que Varsovia con la que contaba en el Congreso de Polonia se esfumó, estableciéndose en su lugar un gobierno militar. Sin embargo, esto no evitó que la ciudad continuase creciendo, e industrias textiles y metalúrgicas prosperaron. Entre 1840 y 1848 se construyó el primer enlace ferroviario con Varsovia, comunicándola con Viena.

Entre 1851 y 1855 fue construido el primer sistema de agua potable. Esta obra fue diseñada por Enrico Marconi, quien también creó una escultura de una sirena, uno de los iconos de la ciudad.

En octubre de 1860, bombas fétidas fueron arrojadas en el Gran Teatro de Varsovia, donde se encontraba presente el Zar Alejandro II y el emperador Francisco José I. El 27 de febrero de 1861, una muchedumbre polaca que protestaba contra la administración zarista fue aplacada por las tropas rusas, muriendo cinco personas.12 En 1863 se inició el Levantamiento de Enero, cuya derrota trajo como consecuencia inmediata la disolución del Congreso de Polonia y la anexión oficial al Imperio ruso. Se intensificó la rusificación de Polonia, quedando la administración pública y los colegios bajo control ruso.

Varsovia vivió un período de florecimiento a fines del siglo XIX bajo el alcalde Sokrates Starynkiewicz (entre 1875 y 1892), un general de origen ruso designado por el zar Alejandro III.

Bajo su administración, Varsovia renovó su sistema de agua potable e inició la construcción del sistema de desagüe, que fueron diseñados y ejecutados por el ingeniero británico William Lindley y su hijo William Heerlein Lindley. Además, se levantaron nuevas iglesias y se restauraron las antiguas. En 1884, se construyó un nuevo cementerio en Brodno y se puso en marcha el sistema telefónico. En 1881 se inauguró un sistema de transporte público basado en caballos, y se proyectaron nuevas calles y veredas. La iluminación de gas también fue mejorada.

Hacia 1903, en Varsovia vivían 756 000 personas. A pesar de que entre 1905 y 1907 se incrementaron las actividades revolucionarias clandestinas, la censura de la prensa fue aligerada. Se permitió de nuevo el establecimiento de escuelas polacas e instituciones culturales, y se dio inicio a una nueva etapa de reavivamiento cultural. En 1907 también apareció el tranvía eléctrico.

Guerras mundiales

En 1915, durante la Primera Guerra Mundial, Varsovia fue ocupada por el II Imperio alemán. Con la derrota rusa y alemana, los socialdemócratas alemanes liberaron a Józef Piłsudski, quien llegó a la capital polaca el 10 de noviembre de 1918. Al día siguiente proclamó la Segunda República Polaca, y Varsovia recuperó su estatus de capital nacional. Durante el curso de la Guerra Polaco-Bolchevique de 1920, los soviéticos lograron hacer retroceder a los polacos hasta Varsovia; sin embargo, la Batalla de Varsovia, que tuvo lugar en las afueras del este de la ciudad, fue ganada por los polacos, y el Ejército Rojo fue expulsado del país, en un desenlace inesperado popularmente conocido como el milagro del Vístula. Polonia detuvo a las fuerzas bolcheviques, y con este episodio la "expansión del socialismo" hacia el este de Europa fue pospuesta hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. La profunda enemistad entre rusos y polacos llevó a algunos episodios lamentables, como la demolición de la catedral ortodoxa de San Alejandro Nevsky, situada en lo que hoy es la gran explanada de Plac Piłsudskiego.

El Vizconde d'Abernon, miembro de la Misión interaliada a Polonia, declaró después: ''La historia de la civilización contemporánea no conoce un evento de mayor importancia que la batalla de Varsovia, 1920, y ningún otro cuyo significado haya sido más menospreciado.' Y por su parte Vladímir Lenin declaró dos meses después de la batalla: "Aprendimos) que cerca de Varsovia no solo se encuentra el centro del gobierno burgués polaco y la capital de la república, sino el centro del sistema contemporáneo del imperialismo internacional, y que estas circunstancias nos hubieran permitido sacudir este sistema, y conducir políticas, no solo en Polonia, sino en Alemania e Inglaterra''.

En 1925, Varsovia alcanzó el millón de habitantes. A pesar de la Gran Depresión, nuevas industrias como la automotriz y la aeronáutica se desarrollaron.

Varsovia continuó siendo un centro cultural, y desde 1927 se empezó a celebrar el Concurso Internacional de Pianistas Frédéric Chopin, y desde 1937, el Concurso Internacional de Violinistas Henryk Wieniawski.

El comienzo de la Segunda Guerra Mundial dio inicio a una de las experiencias más traumáticas de esta ciudad. Durante el asedio de Varsovia, unas 10 000 personas murieron y más de 50 000 fueron heridas. Los alemanes realizaron un saqueo cultural de la ciudad, y muchos habitantes fueron enviados a campos de trabajo o campos de concentración. Los invasores establecieron también a la población judía en un gueto, conocido como el gueto de Varsovia. Miles murieron de hambre, enfermedades y hacinamiento antes de empezar a ser enviados a campos de la muerte, donde destaca el de Treblinka, desde finales de 1941. Cuando se conoció la noticia del destino final de los judíos polacos, se inició el levantamiento del gueto de Varsovia, que duró casi un mes. Tropas alemanes al mando de Jürgen Stroop pusieron fin a la resistencia judía, y luego de destruir la Gran Sinagoga, símbolo de la Varsovia judía, reanudaron las deportaciones a Treblinka. El Dr. Ludwig Fischer sería nombrado Gobernador del Distrito de Varsovia, el cual llevó a cabo una administración completamente compuesta por alemanes. Los judíos se vieron totalmente aislados en Varsovia para poder hacer frente al régimen nazi ya que esta masacre se ocultó al resto del mundo. Los historiadores relatan distintos casos de complicidad, como cuando en 1944 los miembros de la Cruz Roja Alemana guiaron a visitantes de la Cruz Roja Internacional a través del campo de concentración de Theresienstadt, por un "paseo" predeterminado que escondía los horrores del exterminio.

La ciudad sufriría aún mayor destrucción en el año siguiente. Coincidiendo con el acercamiento del Ejército Rojo a Varsovia, el Ejército clandestino polaco inició un nuevo alzamiento contra los alemanes. Se estima que entre 150 000 y 180 000 personas murieron durante el conflicto. En total, se cree que entre 600 000 y 800 000 varsovianos murieron en la Segunda Guerra Mundial. Un 30 % de la ciudad fue destruida en la lucha, pero tras finalizar la guerra casi toda la ciudad sería destruida. Anteriormente, tanto Hitler como Himmler habían expresado su deseo de destruir la capital polaca, siendo el sistema ferroviario la única estructura que sobrevivió, debido a que fue usado para el transporte de la tropas alemanas. Al finalizar la ocupación alemana el Castillo Real fue destruido, las principales bibliotecas incendiadas, junto con museos, iglesias, palacios y otros edificios culturales. Varsovia, que una vez había sido conocida como "la París del Norte", perdió cerca del 80 % de sus edificios.

Tiempos modernos

En enero de 1945, los soviéticos entraron en Varsovia, y el 1 de febrero fue proclamada la República Popular Polaca. De inmediato se creó una oficina de reconstrucción urbana. Grandes proyectos de viviendas prefabricadas fueron erigidos en Varsovia para hacer frente a la escasez inmobiliaria, junto con otros edificios típicos de una ciudad del Bloque del Este, como el Palacio de la Cultura y la Ciencia. La ciudad reasumió su rol como capital de Polonia y el centro de la política y la vida económica del país. Muchas de las calles, edificios e iglesias históricas fueron restauradas a su forma original. En 1989, el Barrio histórico de Varsovia fue inscrito en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. El 14 de mayo de 1955 se firmó el Pacto de Varsovia que serviría como organización militar de la Unión Soviética y sus países satélites, hasta su desaparición tras la caída del Muro de Berlín, en 1989.

Las visitas del papa Juan Pablo II a su país natal en 1979 y en 1983 brindaron apoyo al incipiente Movimiento Solidaridad, e impulsó el crecimiento del fervor anticomunista. En 1979, menos de un año después de convertirse en papa, Juan Pablo II celebró una misa en la Plaza de la Victoria (o plaza Piłsudski) en Varsovia y concluyó su sermón: «Dejad que el Espíritu descienda y renueve la cara de esta tierra». Estas palabras tuvieron un gran impacto en los ciudadanos polacos, que lo entendieron como un incentivo para los cambios democráticos.

En 1995, se inauguró el Metro de Varsovia. Con la entrada de Polonia en la Unión Europea en 2004, Varsovia experimentó el mayor crecimiento económico en su historia.


Fuente: Wikipedia