El parque público Zaryadye se ha convertido en uno de los espacios contemporáneos más importantes de Moscú, ya que presenta una gran infraestructura, estrategias de sustentabilidad y un buen diseño paisajístico con visuales hacia la Plaza Roja y el Kremlin.
El proyecto crea un museo al aire libre donde lo que se exhibe es el mismo paisaje, permitiendo a los visitantes apreciar la ciudad. Para enfatizar esta idea, los arquitectos diseñan un puente volador que se convirtió en la esencia del parque por posibilitar grandes visuales.
El espacio da lugar a diversos usos: es parque, plaza urbana, espacio social, recreativo y cultural. La combinación del hormigón con el paisaje vegetal crea un “urbanismo salvaje” donde arquitectura y naturaleza se unen siendo éste un espacio diferente a los ya existentes en el centro urbano de Moscú.
En los distintos sectores del parque podemos encontrar terrazas que reproducen cuatro paisajes que se encuentran en diversas regiones de Rusia: estepa, tundra, humedal y bosque. Estas terrazas descienden de norte a suroeste, superponiéndose para crear un conjunto de espacios integrados en el paisaje. Esta superposición también facilita las estrategias de control del clima activas y pasivas que permiten su utilización durante todas las estaciones del año. Los sectores naturales incitan a un lugar de descanso, reunión y contemplación del paisaje. Junto a estos se encuentran los pabellones culturales y espacios de actuación que brindan distintas programaciones.
El parque posee además una serie de miradores que permiten descubrir nuevos panoramas urbanos, ofreciendo distintas experiencias a cada visitante.
Fuente: Plataforma Arquitectura