Lautner construyó esta casa, que asemeja un plato volador, para Leonard Malin, un ingeniero electrónico de aviones, corto en recursos pero abundante en imaginación. Malin le dio al arquitecto un presupuesto de 30.000 dólares, una suma que habían acordado para que la construcción se iniciara en mayo de 1959. La casa es todavía considerada uno de los grandes iconos de la arquitectura de Los Ángeles.